La luz es clave en el cultivo de las especies de interior (y de cualquier planta).
Los vegetales necesitan la luz para poder hacer la FOTOSÍNTESIS, unos necesitan una luz más intensa y otros viven con muy poquita. Sin luz no hay fotosíntesis, que es el proceso por el cual las plantas fabrican su propio alimento, los azúcares (hidratos de carbono) que consumen todas las células de sus tejidos.
Cuando una planta no dispone de la luz que necesita, se manifiesta en su salud.
La escasez de luz puede provocar:
- Un aspecto pálido y débil.
- Pocas o ninguna flor.
- Que se caigan las hojas.
- Un debilitamiento general, e incluso, un poco más adelante, la muerte.
En general, la mayoría de las Plantas de Interior, prefieren sitios de la casa con buena luz, pero sin sol directo sobre ellas. Cuidado con las que se coloquen cerca de ventanas, hay que saber si les perjudicarán los rayos solares o no. Aunque también puedes protegerlas con persianas y cortinas en los momentos del día en los que el sol es más fuerte.
Recuerda que la mayoría de las especies que usamos en los interiores proceden de bosques tropicales, donde están protegidas del sol por densas masas arbóreas. Dentro de ellas hay unas especies que pueden soportar una penumbra más acentuada.
Las plantas que necesiten más luz se pueden poner en las habitaciones orientadas al sur. En las que dan al norte, vendrán mejor las que toleran menos intensidad luminosa.